jueves, 29 de enero de 2009

Historia de miradas =D



Anoche te vi, entre la oscuridad de la calle y la luz que iluminaba aquel árbol en frente de mi casa; estabas ahí tan lindo, digo sentado como siempre lo estás cuando suelo salir, no sé cuando ni por qué, solo sé que estás ahí y por eso te recuerdo.

Sabes que pienso, que estoy loca aunque a veces también pienso que estoy cuerda y es cuando comienzan todas estas dudas. Incertidumbre que da cabida a pensar en lo posible y lo imposible, en ti.

Siento mucho que no puedas leer lo que en este momento escribo porque quizá ver grabado en mis líneas este sentimiento que comienza a calar más hondo sin saber aún que es con exactitud te haría pensar un poquito más en mí y en la posibilidad de romper este silencio que nos ata y nos separa al mismo tiempo. No sé si estás ahí para que te vea, pero verte me hace felíz así que sigue ahí donde estás para seguir pensando en ti aunque sin saber si tú sientes lo mismo.


Miércoles de agonía.

Ayer, que como ya dije el urbanidad de la noche fue nuestro escenario, la calle se convirtió en mi punto de encuentro con dos personas más, parte de mi familia y compañeros de un partido de voley que yo quería fuera interminable. Tú, a la misma hora que siempre con el mismo aviso de costumbre, saliste ante el primr golpe de la pelota, estabas ahí sentado y el silencio te camuflaba en la puerta de tu casa, desde donde se asomaba el brillo de tus ojos, no me percaté de tu presencia sino hasta 20 minutos después; tiempo en el que recordé que tú solías salir de noche a mirar yo no sé que, o quiza solo a pensar, pero sueles salir cuando salgo porque en cada oportunidad te encuentro y cuando trato de encontrarte sin el sonido de una pelota de por medio tu sombra se ausenta de aquella noche. Ahora estabas ahí, quien sabe si mirandome aunque yo veía tus pupilas reflejadas en las mías esperando una señal o la ruptura de aquel silencio que solo nos llenaba de agonía en esta espera sin razón por la muerte de dos corazones.

Quise sonreirte pero preferí seguir pensando en jugar, para no desviarme de aquella rutina y no darte cabida a nada, solo mirarte de reojo esperando encontrar tu mirada reflejada en la mía. Pasamos más de media hora así, tú mirandome y yo esperando que no dejaras de hacerlo, entonces un accidente terminó por romper esa magia improvista, la pelota ya no estaba más siendo parte del juego, ahora era parte de un árbol que la había atrapado entre sus grandes ramas sin darle esperanzas a salir y yo anhelando que cayera de nuevo para continuar con un doble juego, el del voley y las miradas furtivas.

De pronto algo pasó, volteé a ver si seguías ahí sentado, en el mismo lugar de siempre y ya no, no estabas, de repente tu sombra estaba más prolongada y era porque habías retomado tu postura inicial, la de permanecer parado, cada cierto momento controlabas la pantalla del celular como cuando yo suelo verte desde muy lejos y saco el celular de mi bolsillo esperando encontrar en esta pantallita policromatica alguna respuesta a lo que me sucede o quizá encontrar una excusa para dejar de verte. Quien sabe si tú hacías lo mismo, pero en ti había algo diferente, porque no la mirabas entonces, tomaste partida hacia donde estaba yo, en primera instancia pero seguiste el rumbo, muy largo por cierto. Ibas contestando una llamada de no se quién, pero aparentemente era una mujer y pasaste muy cerca de mí como buscando que yo oyera algo de lo que te decía, si era para herirme hoy te digo que no es así, porque solo me hiere la falta de verdad y confianza.
A los minutos regresaste por el mismo camino y venías hablando por teléfono tal como te habías marchado. Así fueron 2 veces la misma tontería, tú jugando al niño con novia celosa y yo esperando encontrar en las cortas conversaciones que me dejabas oír alguna señal de que tú de verdad tenías novia, para agarrar mis cosas y regresar por donde vine hacia un camino que yo ya conocía de memoria, el olvido.
Lo único que escuche de todas tus conversaciones fue un "estás locaza, si acabo de salir de mi casa, es más solo caminé 3 pasos, es más cuatro y estoy regresando a mi casa, ya estoy en la puerta, que exagerada..." y seguiste hacia tu casa tan de largo y sin volver a decir más nada. Quiero pensar que sigo estática entre la línea que divide lo real de lo ficticio para no perderme en tus ojos, pero a veces se me escapa de las manos el controlar mis emociones y sentimientos y solo quiero pensar lo que supuestamente me ofrece esta realidad. Pienso que no por las puras te cambiabas de lugar aquella noche, tratando de tener un mejor panorama de nuestro partido, oyendo lo que decíamos a voz alta sin esconder nada, no como tú tratando de demostrar algo.
En ciertos instantes sentí tu respiración tan cerca de la mía, como cuando por azar del destino o mejor aún del juego, caía muy cerca de ti aquella pelota con la que estuvimos jugando por más de una hora, y corría tan suavemente a ella esperando encontrarla en tus manos, sin saber que le faltaban unos centímetros para llegar a ti. Quiero refugiarme en el sueño que tuve ayer cuando el silencio ya no era la nube en la que naufragábamos juntos sino que entre los dos hubo más que aquella historia de miradas, hubo más que brillos y pupilas destellando amor, hubo más que una simple historia, hubo la realidad, hubo amor.

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