viernes, 30 de enero de 2009

Viernes 30 de enero.

Este blog más que un lugar para comentar hechos y gustos se ha convertido en mi diario personal, pero no piensen mal, porque dentro de lo que cabe trato de darle un matiz diferente a mis sucesos, algo más diferente que aquel sentimiento indefinible que siento, algo más personal y a la vez impersonal.


Como de costumbre, me centraré en contar lo que me pasa con este muchacho que se encarga de hacerme la vida un imposible, porque en cada espacio nuevo que abro sigo encontrandolo pero también sigo encontrando los mismos enigmas de una vida tan diferente a la mía, aunque a veces pareciese tan igual a mí.

Sabes hoy quería hacerte una pregunta cuando te vi muy bien aseado y cambiado, listo como para ir a un encuentro con alguna muchacha que esperaba tu llegada bien en la comodidad de su residencia o en algún lugar por mutuo acuerdo; pero me resigné a ver como tu cabello mojado no le daba el mismo semblante a tu rostro. Entré a casa con la excusa perfecta de ir por un vaso de agua, en realidad fue para estar lo más lejos de ti, sabes ahora sí que te has convertido en una obseción en mi vida y detesto decirlo pero me urge conocerte para poder matar al gusto y tener de nuevo a un nuevo y mejor amigo, a ti.

Al retornar a la calle, que era mi cancha deportiva, ya no estabas solo tenías a dos compañeros de salida; el primero era el chico de siempre del cual tampoco sé nada bueno sé que es más hacendoso que tú porque suele ir al mercado con una señora que no sé todavía que relación tiene con ustedes dos, el otro chico era el recién llegado, desde ahora ese será su apelativo porque no sé cuando llega ni cuando se va ni tampoco sé de cuando lo conoces. Entonces me reconfortó la idea de una salida múltiple, algo de amigos, algo de lo que yo suelo hacer, salir con mucha gente para matar el tiempo antes de que me mate a mí; pero también siguió presente la idea de esperarían las novias de los tres en aquel lugar lejano, de repente no muy lejano, quizá el Mega Plaza sería su punto de encuentro. Caray- murmuré- como no quedé con Brenda para salir hoy a ese lugar, quizá hubiese podido seguirlo y saber algo más de él; pero de pronto regresó la cordura a mí y me dije a mí misma que hiciera lo que tuviera que hacer ya no me importaría más, aunque no estaba muy segura de lo que me repetía una y otra vez para creermelo.

Me quedé jugando en aquel campo tan vacío, porque ya no estabas tú para mirar mis errores de voleybolista amateur, suelo ser pesima cuando está quien quiero que esté y a pesar de que busco lucirme siempre me equivoco y caigo en los mismos errores de siempre. Ahora era tiempo de descansar y esperar a las 7, hora en la que había quedado con Brenda para echarnos un partidito de basquet. Con tanto tiempo libre tenía que hacer algo productivo, y que mejor que deporte y más deporte.

Otra vez salí de casa, no sola, fui con mi balón y mi hermano claro está. Pasé por tu casa. Esperé verte y no estabas, caí en la cuenta que no llegabas aún de aquella salida; entonces me volví a preguntar si no te habrías ido a una discoteca como a la que fui con mis amigos días antes de mi cumple, pero en fin ahora iba enfocada a sacar ánimos y furias en la cancha de mi barrio. Jugué muy bien, a pesar de no practicar desde hace meses y haber perdido el ritmo en el partido, no perdí muchas canastas, pero sí perdimos la cancha cuando llegaron como de costumbre los jugadorazos del barrio con sus balones de futbol listos para echarnos de la cancha comunal, teníamos todavía dignidad para salir limpios y partir a nuestras casas. Ahora que lo pienso bien perdí algo más que la cancha, también perdí la esperanza de verte llegar con tu fiel pitbul amarrado a una cadena y listo para pasear, por cierto es una perrita que parece hermosa y que en realidad es una fiera lista para defender a su dueño, de eso me he dado cuenta muchas veces que paso por tu casa.

Es triste pensar en que estás y no estás, pero así como la felicidad es efímera y momentánea, también lo es la tristeza. Encontré una idea a la cual aferrarme, al menos por ahora. Cuando dimos la vuelta a la esquina para entrar a la calle en la que se ubicaba mi residencia con mis dos sabuesos aguardando mi llegada y no te vi parado fuera de tu casa, entonces imaginé que no llegabas aún. Tenía el balón en mis manos y luego le di el pase a mi hermano, cuando ya pronto llegando a casa vi que salías de la tuya, y los gritos de un niño, aquel niño de aproximadamente 7 años gritaba, lloraba, gemía pidiendote que lo dejaras salir; no pude entender bien porque casi te cruzaste en mi camino y yo tuve que apresurar el paso para llegar sin toparme contigo, para evitarte a pesar de querer estar más cerca de ti. Sin embargo, una voz me hizo frenar un poco mi carrera, era el niño y decía: "no tío no me dejes!"; entonces...es cierto, no es tu hermano, pero entonces más dudas ¿Quién es? ¿Quién eres?

Hoy mientras conversaba con un buen amigo le decía de cuan mala o buena sería mi suerte si leyeras este mi blog que ahora es más el diario en el que deposito los recuerdos que tengo contigo. Francamente no sé que pensarías, pero si algún día lo lees, te agradeceré me lo digas con alguna palabra o siquiera con alguna señal; para pensar que tantas noches escribiendo no fueron en vano y que logré penetrar la barrera del silencio y entablar por fin contigo alguna relación más que la de aquellas miradas, aunque fuera solo de amistad.

Tú y tu semidesnudez!

Mientras caminaba por aquella acera, pensando en que decir y diciendo en susrros lo que no quería pensar; estabas ahí de espaldas a una mirada que te seguía por donde solías caminar. No estabas solo, no claro que no, tenías a dos amigos más, uno de ellos podría haber sido pariente tuyo pero quien sabe en la cuestión familiar referente a ti nunca se sabe. Hay tanta gente en tu casa que es muy difícil saber quien es quien y cuales son tus parientes directos; incluso sin saber que te gusta y te disgusta me he llegado a enamorar de ti con una pasión desenfrenada, como aquella que se desliza por entre los versos que suelo hilvanar en las noches amargas llenas de estrellas sin luz y de una amarga soledad.

La piel fue tu mejor vestido y como dice Arjona: "Desnuda que no habra diseño que te quede mejor que el de tu piel ajustada a tu figura. Desnuda, que la naturaleza no se equivoca y si te hubiese querido con ropa, con ropa hubieses nacido. Deja llenarme de tu desnudez para vestirme por dentro aunque sea un momento". Si muchos de mis amigos leyeran esta frase acompañada de tu recuerdo en mi mente pensarían que me he convertido en una pervertida enamorada, pero no soy lo primero ni lo segundo o quiza en cierto modo lo segundo, pero te tengo que decir algo y es que has despertado sentimientos contradictorios en esta vieja alma poeta.

Pensé que este momento era oportuno, pero habían más de una mirada encima de mí, estaba el susodicho pariente mirando mientras iba acercandome hacia donde estaban y aquel muchacho del que solo sé el nombre Jhonatan, aún no sé bien como se escribe pero es del único del que sé el nombre, aunque hubiese preferido saber el tuyo primero. Bueno esta vida no es perfecta y lo perfecto hubiese sido poderte decir un permiso siquiera pero otra vez la maldita cobardía acechandome y tú sin moverte te quedaste tan estático en el mismo lugar, ninguno de tus acompañantes solicito que te movieras y decidí pasar aunque fuera empujandote, quiza hubiese tenido algo más de ti que una palabra y hasta hubiese ganado el calor de tu piel muy cerca de mis dedos; pero otra vez no sucedió ni lo uno ni lo otro; pasé muy cerca de ti y entonces me di cuenta que me llevabas una cabeza de altura, oh por Dios me estoy encogiendo o eres uno de los pocos que es más alto que yo jaja, en ese momento solo pasé rápido evitando que notaras que mi cara estaba enrojeciendose y no por el sol, sino por tenerte tan cerca y estar entre dos chicos tan lindos tú y jhonatan, porque no puedo negar que él también tiene lo suyo y en cierto modo antes me atraía; ahora te llevaste tú su lugar y quizá sea así hasta que aparezca alguien diferente o mejor a ti.

jueves, 29 de enero de 2009

Historia de miradas =D



Anoche te vi, entre la oscuridad de la calle y la luz que iluminaba aquel árbol en frente de mi casa; estabas ahí tan lindo, digo sentado como siempre lo estás cuando suelo salir, no sé cuando ni por qué, solo sé que estás ahí y por eso te recuerdo.

Sabes que pienso, que estoy loca aunque a veces también pienso que estoy cuerda y es cuando comienzan todas estas dudas. Incertidumbre que da cabida a pensar en lo posible y lo imposible, en ti.

Siento mucho que no puedas leer lo que en este momento escribo porque quizá ver grabado en mis líneas este sentimiento que comienza a calar más hondo sin saber aún que es con exactitud te haría pensar un poquito más en mí y en la posibilidad de romper este silencio que nos ata y nos separa al mismo tiempo. No sé si estás ahí para que te vea, pero verte me hace felíz así que sigue ahí donde estás para seguir pensando en ti aunque sin saber si tú sientes lo mismo.


Miércoles de agonía.

Ayer, que como ya dije el urbanidad de la noche fue nuestro escenario, la calle se convirtió en mi punto de encuentro con dos personas más, parte de mi familia y compañeros de un partido de voley que yo quería fuera interminable. Tú, a la misma hora que siempre con el mismo aviso de costumbre, saliste ante el primr golpe de la pelota, estabas ahí sentado y el silencio te camuflaba en la puerta de tu casa, desde donde se asomaba el brillo de tus ojos, no me percaté de tu presencia sino hasta 20 minutos después; tiempo en el que recordé que tú solías salir de noche a mirar yo no sé que, o quiza solo a pensar, pero sueles salir cuando salgo porque en cada oportunidad te encuentro y cuando trato de encontrarte sin el sonido de una pelota de por medio tu sombra se ausenta de aquella noche. Ahora estabas ahí, quien sabe si mirandome aunque yo veía tus pupilas reflejadas en las mías esperando una señal o la ruptura de aquel silencio que solo nos llenaba de agonía en esta espera sin razón por la muerte de dos corazones.

Quise sonreirte pero preferí seguir pensando en jugar, para no desviarme de aquella rutina y no darte cabida a nada, solo mirarte de reojo esperando encontrar tu mirada reflejada en la mía. Pasamos más de media hora así, tú mirandome y yo esperando que no dejaras de hacerlo, entonces un accidente terminó por romper esa magia improvista, la pelota ya no estaba más siendo parte del juego, ahora era parte de un árbol que la había atrapado entre sus grandes ramas sin darle esperanzas a salir y yo anhelando que cayera de nuevo para continuar con un doble juego, el del voley y las miradas furtivas.

De pronto algo pasó, volteé a ver si seguías ahí sentado, en el mismo lugar de siempre y ya no, no estabas, de repente tu sombra estaba más prolongada y era porque habías retomado tu postura inicial, la de permanecer parado, cada cierto momento controlabas la pantalla del celular como cuando yo suelo verte desde muy lejos y saco el celular de mi bolsillo esperando encontrar en esta pantallita policromatica alguna respuesta a lo que me sucede o quizá encontrar una excusa para dejar de verte. Quien sabe si tú hacías lo mismo, pero en ti había algo diferente, porque no la mirabas entonces, tomaste partida hacia donde estaba yo, en primera instancia pero seguiste el rumbo, muy largo por cierto. Ibas contestando una llamada de no se quién, pero aparentemente era una mujer y pasaste muy cerca de mí como buscando que yo oyera algo de lo que te decía, si era para herirme hoy te digo que no es así, porque solo me hiere la falta de verdad y confianza.
A los minutos regresaste por el mismo camino y venías hablando por teléfono tal como te habías marchado. Así fueron 2 veces la misma tontería, tú jugando al niño con novia celosa y yo esperando encontrar en las cortas conversaciones que me dejabas oír alguna señal de que tú de verdad tenías novia, para agarrar mis cosas y regresar por donde vine hacia un camino que yo ya conocía de memoria, el olvido.
Lo único que escuche de todas tus conversaciones fue un "estás locaza, si acabo de salir de mi casa, es más solo caminé 3 pasos, es más cuatro y estoy regresando a mi casa, ya estoy en la puerta, que exagerada..." y seguiste hacia tu casa tan de largo y sin volver a decir más nada. Quiero pensar que sigo estática entre la línea que divide lo real de lo ficticio para no perderme en tus ojos, pero a veces se me escapa de las manos el controlar mis emociones y sentimientos y solo quiero pensar lo que supuestamente me ofrece esta realidad. Pienso que no por las puras te cambiabas de lugar aquella noche, tratando de tener un mejor panorama de nuestro partido, oyendo lo que decíamos a voz alta sin esconder nada, no como tú tratando de demostrar algo.
En ciertos instantes sentí tu respiración tan cerca de la mía, como cuando por azar del destino o mejor aún del juego, caía muy cerca de ti aquella pelota con la que estuvimos jugando por más de una hora, y corría tan suavemente a ella esperando encontrarla en tus manos, sin saber que le faltaban unos centímetros para llegar a ti. Quiero refugiarme en el sueño que tuve ayer cuando el silencio ya no era la nube en la que naufragábamos juntos sino que entre los dos hubo más que aquella historia de miradas, hubo más que brillos y pupilas destellando amor, hubo más que una simple historia, hubo la realidad, hubo amor.

miércoles, 28 de enero de 2009

No vale la pena!

Fue hasta ayer que descubrí que no debía confiar en ti, es más hasta ayer supe que tú no tenías un mínimo de cariño por mí. Me he resignado a querer de lejos y a pensar en que mis suposiciones son eso suposiciones, sin llegar a tomarlas como base para mis teorías sobre ti. Ahora veo que no, que tú no vales realmente la pena, como me duele saber hasta hoy, que lo poco que yo conocía de ti hoy no existe y quiza nunca existió. Es posible no conocer 100% a una persona pero es más posible no conocerte siquiera en un 1%, porque te escondes entre mil máscaras y te camuflas en mentiras que para los demás tienen que ser pasadas como verdad. Sabes había tomado la alternativa de aceptar un nuevo saludo, hoy ya no lo quiero, puedes guardartelo para toda la vida que para mí tú has dejado de existir. Adiós.

lunes, 26 de enero de 2009

SenTiDos de La Vida

Es sencillo pensar que el mundo gira y tú sigues como siempre estático ante las sucesivas adversidades y obstáculos que se posan sobre ti. Hoy fue uno de esos días en los que es mejor seguir dormido; porque la realidad que se te presenta, no suele ser la que deseaste tener.

En muchas de las ocasiones en las que encontré mi tiempo perdido y mis ánimos desechos pensé en gritar, pero me di cuenta que ya no tenía voz entonces era hora de callar ante todas las injusticias juntas. Personas yendo y viniendo sin darle credibilidad a mis palabras, cerrando puertas y apagando mis peticiones, cambiando el origen de los problemas y tergiversando todo lo que estaba a mi alrededor; durante toda mi mañana me di cuenta que el idealismo no tenñia cabida en mi cabeza al menos ahora no.

Durante el trayecto a casa pensé si todo en la vida estaba en frente de nuestros ojos y me di cuenta que no, recordé una vieja frase de una no tan vieja película a veces miramos sin ver. Quizá esta frase tenga más de una significacion connotativa, pero para mí tenía un solo sentido y una sola dirección. Todo estaba enfocado en mi manera de ver el problema y la solución, y ambas cosas estaban dentro de mi cabeza, dentro de mí. Me di cuenta que el lente con el cual miraba mi entorno estaba sucio, manchado y fuera de foco; era una de dos cambiar de lente o repararlo y aparentemente estaba muy cansada para hacer cualquiera de las dos.

Sin embargo, apareciste tú para hacerme ver que los errores son parte de la vida, pero la vida nunca será parte de un error; porque hay más belleza en lo que no queremos ver que en lo que juzgamos con un criterio muy cerrado. Gracias, simplemente por estar ahí y por enseñarme que los detalles no se ven a simple vista, se ven en una segunda mirada. Porque cada vez que tenía ganas de ocultar lo que siento y lo que soy, estabas tú mostrándome en verdadero significado de originalidad. Porque en el cielo y en la noche no existió jamás una nube ni una estrella que no pronunciara tu nombre, aunque nunca lo supe siempre lo oí en susurros. Gracias por ser quien eres y por arreglarme el día, por demostrarme que un poco de esfuerzo en este mundo de los cansados de la vida resuelve todos los problemas que se nos puedan cruzar. Gracias por ser tú y ser yo a la misma vez, por compartir conmigo el significado de amar aunque esta palabra tenga más de un sentido, más de un concepto. Gracias porque en este día con más de una década y media puedo recordarte y sentir todavía que existía en mí más de una persona y más de un sentimiento.


martes, 20 de enero de 2009

Adiós canchita de voley!


Hoy tuve la inconsecuente idea de salir a hacer deporte, caray hace cuanto que el tiempo no perdona y mis días se consumen en mi sillón recién acomodado entre mi tv y un librero un poco desarreglado algo lleno de libros sin saber cual leí y cual dejé de lado, aunque ahora es cuando empiezo a leer lo que no leí y a leer lo que en mis manos suele caer; y mi cama que se ha convertido en mi acompañante no solo en las noches sino también durante momentos que son más rutinarios que aburridos; aunque bien podrían ser de ambos.

Quien iba a decir que decidiría arriesgarme a entrar en la cueva de mi querido hermano, aquel con el que comparto más palabras de negacion que ideas en común, bien somos como agua y el aceite y cuando nos juntamos en la sartén no podemos evitar empujarnos para ver quien sale primero, siempre salgo primero si mamá está cerca mientras que cuando papá está a mi lado la vencedora soy yo. Entré y estabas como siempre vagando frente al televisor y con aquel mando que parece pegado a tus manos por arte de magia o más bien por arte de vicio; sí estás enviciado con aquellos juegos de play station que mi primo te presta no sé cuando ni cómo pero que solo después de muchos días de reclamo logramos sacar de tu cuarto para enviarlos a su lugar de origen.

Ahora iba en son de paz sin armas en la cintura y sin ganas de agredir ni pelear con la única esperanza de poder salir, sí...salir a golpear pelotas como cualquier otro día que estoy de buen humor, que buen humor el mío. Pregunté si ibas a casa de mi primo, no el mismo que te presta el play, este es otro primo; contestaste que no sabías pero que enviara un mensaje a ver si íbamos o no, apelé a tu respuesta con un envíaselo tú si quieres; pensé encontrar una negativa y una puerta en la cara pero no fue así, dijiste que sí y así fue minutos después enviaste el mensaje y no encontramos respuesta a nuestra petitoria hasta dos horas más tarde.

Eran las seis y algo, sonó el celular que había olvidado después de esperar a la llamada que ahora retumbaba el ringtone de la cucaracha que jalé del celu de pau, sorry pau pero estaba chevere y necesitaba algo para que sepa si era llamada o mensaje, en fin sonó y era aquel primo ingrato que no se dignó a responder antes sino hasta ahora. Vi su nombre en la pantalla y respondí con un aló, cuando oì su petición para un partido de voley en su casa, acepté porque yo había solicitado esa peticion horas antes y no había perdido las ganas de hacer deporte, entonces quedamos media hora después de colgar el teléfono celular.

Treinta minutos luego entré al cuarto de mi mamá a informarle de mi salida múltiple, mi hermano y mi primo, el del play, irian conmigo a casa de mi otro primo a jugar voley y ella comentó que quería visitar a mi tía para conversar un poco aunque conversan todos los días durante varias horas o en horarios compartidos; como estaba de muy buen humor accedí a que se cambiara y a esperar unos cinco minutos más, total no tenía nada que perder.

Salímos camino a casa de mi tía, cuando ya a media cuadra la encontramos a ella en dirección contraria a la nuestra, es decir, ella venía a mi casa; me reí y le dije a mi mamá vez ma' ya que mi tía viene entons nos regresamos a su casa y conversas a gusto ahí, pero paso algo que no esperaba ella no frenó su paso mientras nosotros haciamos más lento el nuestro; nos miró y dijo hoy no hay voley en la casa; nuestras miradas se cruzaron y hubo algo de desconcierto; entonces respondí, pero si Julio dijo que vayamos después de media hora porque iban a descargar todo del auto y alistarse para el partido!; pues no salímos todo el día y están cansados es más yo los dejé dormidos, dijo mi tía. Dimos media vuelta y regresamos a casa todos juntos, murmurando entre nosotros lejos de los oídos de mi mamá y mi tía que habría sucedido, quiza minutos más tarde lo sabríamos.
Llegamos a casa y cada uno se instaló en su cuarto a recobrar el mismo aburrimiento en el cual estabamos sumidos horas antes y al cual nos someteríamos porque no teníamos otra salida. A las siete y cinco aproximadamente sonó el celular nuevamente y era mi primo, quien sabe para qué después del plantazo que nos dio mi tía que querría con nosotros ahora. Ahora no era él quien hablaba por el auricular del otro lado, era mi prima que me preguntaba si iríamos, me sorprendí y le conté lo que había pasado que mi tía nos regresó a la casa, ella respondió en total desconcierto y nos pidió que fueramos a pesar que yo seguía dudando que mi tía quisiera nuestra presencia en su casa, por algún motivo hoy no quería que vayamos y yo no sabía por qué.

Acepté y colgué, pero bajé a informarle a mi tía lo sucedido con cierto temor porque si bien es cierto su autoridad nunca ha sido desestimada y si ella dice que no es no; ahora estaba yo en una encrucijada y debía bajar a decir lo que tenía que decir. Cuando le comenté la llamada vi algo de enojo, llamó a su casa y yo subí a la mía con mi mamá para ver una novela que nos tiene en ascuas durante varios días; dejé aquella salida y el partido en una situación incierta, si iríamos no lo sabía pero ya no importaba eran las siete y era tarde para jugar, ya sería para otra; ahora por lo visto mi tía estaba de mal humor y como siempre ese mal humor nos malograba la tarde por quincuagésima vez, pero sobre todo hacía notar que ella no es lo que aparenta solo se esconde detrás de muchas poses tratando de ser lo que no es y mostrandonos su verdadera cara en los peores momentos. Adiós canchita de voley no sé cuando te volveré a ver, porque no sé cuando mi tía recobre el humor de antes.