Que las lágrimas son sólo un esbozo de lo interno
Del corazón entripado
En un sinfín de sentimientos inmateriales
Y dolorosos.
Seguimos como compañeros
Mientras descubrimos que nuestro mundo
Es uno paralelo en el que no se permite
Llorar.
Descubrí tus ojos azules en medio de la habitación
Cuando la luz estaba terminando su aurora
Descubrí que las llegadas eran movidas de cola
Que la escalera era el miedo
A perderte
Que si aprendías a comunicarte conmigo
Eras el ser más inteligente.
Que te entendía
Que me adorabas
Que en el silencio de la medianoche
Sabías como colgarte de la cama
Y darle el brillo a tus ojos
Para conmoverme y dejarte subir
Descubrí tu dedo raro
Y el pavor a dejar que te corten las uñas.
Descubrí que llorabas por todas las inyecciones
Y que te gustaba irte a pasear
Y perseguir niños corriendo en el parque.
Descubrí que tu rosada y singular nariz
Era lo que más me gustaba.
Descubrí a los dos mese que amarte era sencillo
Y que olvidarte me tomaría una vida
Que reemplazarte era imposible
Que llenar tu vacío al final de la cama era difícil.
Descubrí los peluches regados en los pasillos
Todos mordisqueados por ti.
Descubrí fotos que guardé en algún momento
Síntesis de vidas que contigo compartí
Descubrí que la oscuridad era aburrida
Pero que a ti te gustaba para dormir.
Que la medianoche era cuando sonaba la campana
O tu ladrido.
Y que en cada mañana rascabas la puerta para poder salir.
Que odiabas ser amenazado
Que detestabas llegar al veterinario.
Que jamás pudiste quejarte en tus últimos días
Que solo te abrace y con eso
Te fuiste
Que no me pude despedir de ti
Que escribirte un poema me recordaría por siempre
Tus últimos días en mi sillón
Que te perdí.
Que serás irremplazable
Imborrable y
Sobre todo descubrí que amarte
Me costará muchos años de lágrimas más
Que solo la almohada y yo conocemos de noche
Cuando la oscuridad en la que a ti te gusta dormir
Sea por siempre la única cuna tuya
Mía.
De los dos.