En esta ciudad es muy dificil dormir y depertar tarde; por alguna razón, motivo o circunstancia los parpados empiezan a cerrarse a las 10 y media a más tardar y empiezan a abrirse a las 6 de la mañana. Quien iba a decir que aquí haría lo que en Lima no hago, despertar temprano.
Eran las 6 de la mañana y ayer mi tío nos comentó de una climática que tendría mi tía con las tías del comité de damas, el problema era nos aburriríamos con tanta tía en la playa o sería divertido a comparación con anteriores viajes a Moyendo; terminamos por dejarlo a decisión propia y aunque me remordia la conciencia dejar sola a mi tía en este viaje no obtuve mucho apoyo que digamos para participar de esa excursión.
Mi primo estaba totalmente decidido a no ir, estaba molesto puesto que le habían prometido a nuestra tía abuela a quien por cierto conocí en este viaje (no cuentan los recuerdos de infancia, porque siguen siendo borrosos), que irían a Moyendo, eso fue hace más de 3 semanas, hubieron inconvenientes y no se pudo realizar dicho paseo, además llegué yo y arruiné planes pasados. Mi hermano, no quiere ir a la playa por su exceso de peso, está algo acomplejado creo y al final ni meterse al mar quiere. Quedaba yo, en una mesa a media tarde donde se repartían los platos del almuerzo en una ciudad a dos horas de Arequipa, Aplao. Me preguntaba si podía sobrevivir un día sola con todas esas señoronas pitucas y esposas de regidores y alcaldes; la última vez que fui con mi tía, no diré que me la pasé terrible pero tampoco fue un gran recuerdo sino hasta el domingo que llegaron mis primos. Era hora de decidir y tenía dos personas menos en el viaje, iría unicamente yo y no era una agradable idea. ¿Irás?, preguntó mi tío y mis ojos buscaron en los de mis otros dos acompañantes una respuesta, encontrando negativas en sus pupilas, - No voy, para qué si no van ellos, pues me aburriré allá- repliqué, y mi tío concluyó con que no iba nadie y estaba anulada la salida a menos que mi tía quisiera reconsiderar una salida en familia, algo relativamente imposible por los excesivos problemas que tiene cada uno con su vida en esta casa.
Me sentí culpable y quise analizar mis alternativas de salir con mi tía, reconsiderar la propuesta. La noche llegó y solo una respuesta me haría cambiar de opinión, - Mañana irán a Aplao- preguntó mi abuelito, respondí con una duda porque ni yo misma estaba segura de ir, entonces se me ocurrió una contrapregunta, - ¿Vamos a ir a ver los dinosaurios? - Todos me miraron y mi primo contestó - No sé como llegar - , finalmente mi tío irrumpió indicandole como llegar afirmando que iriamos no directamente pero no había lugar a dudas que iríamos. Era un hecho, no iría a la playa, tenía una mejor excursión, los dinosaurios me esperaban al día siguiente. Este sería un jueves maravilloso y yo debía alistar mis botas, bueno en este caso mis zapatillas y mi ropa para viajar temprano a Aplao.
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