Si me dolió en algún momento, solo sé que fue tan fuerte que aun no me repongo. Aquel día en que marchaste con una sonrisa tan fingida prometiendo volver, yo en el fondo sabia que era un eterno adiós; sin embargo, me lo negaste una y mil veces, besaste mi frente, tomaste mis manos las presionaste tan sutilmente contra tu corazón y sentí que no te volvería a ver.
Nada fue igual desde que te fuiste y esta es la ultima carta que recibes de mi... allá donde tu estas, no puede llegar una carta, pero esta que te envió es mi ultimo suspiro, porque desde mañana estaré muy junto a ti.
Quiero que sepas que desde hace un año que marchaste a aquella guerra sangrienta en busca de tus ideales, yo decidí aguardar con el mayor aplomo posible que una mujer puede tener. Entre mis sueños solo guardaba tu retrato y en cada lágrima de nostalgia pensaba en nuestro amor.
Siempre supe que no me olvidarías, hasta ahora lo sé; aquel día que llegaron hacia tu casa, mientras esperaba con tu madre. Sentadas las dos en una conversación tan amena y a la vez triste, recordando como fuiste, eres y serás por siempre; cada palabra tuya, cada pensamiento, sentimiento y acción, todo estaba guardado en esta plática de media tarde. Pero de pronto cayo el silencio a nuestras voces, oscureció tan de repente el cielo, se cubrió de nubes y el sol no volvió a brillar en mi corazón. En medio de la sala cayeron lagrimas de dolor incesante, mis ojos se resignaban a leer aquella carta que en tus últimos suspiros lograste dictar a un soldado que a duras penas sabia escribir.
No pude leer aquella misiva en voz alta, porque en mi garganta aun pesaba el nudo de sentimientos encontrados. Resaltada en aquella, encontré la frase que me dijiste antes de partir...recuerda que dos corazones enlazados por un lazo de amor no se pueden separar ni aun con una despedida perpetua. Se removió en mi cada momento, sentí que estabas abrazándome y a la vez te alejabas tan rápido que no podía aprisionarte a mi lado, sin quererlo estabas ya muy lejos.
Tu madre desfalleció en ese instante, yo me aleje tan rápido como pude de ahí. Corrí hacia la playa en donde por ultima vez nos vimos, la brisa acaricio mi rostro de una forma suave, mis pies solo sentían el helado ir y venir de las olas, mis ojos probaban una vez mas que el sufrimiento me carcomía por dentro y yo lo demostraba con una nueva expresión de tristeza.
Solo después de un año de tu partida me siento nuevamente fuerte para decirte que no te he olvidado y que no te olvidare, pero que ahora podré por fin estar tan cerca de ti nuevamente, ya mi adiós no será eterno, ya la distancia que nos separa no será tan grande. Ahora marcharemos juntos de la mano hacia un camino que no tiene tristezas...ni final...
Nada fue igual desde que te fuiste y esta es la ultima carta que recibes de mi... allá donde tu estas, no puede llegar una carta, pero esta que te envió es mi ultimo suspiro, porque desde mañana estaré muy junto a ti.
Quiero que sepas que desde hace un año que marchaste a aquella guerra sangrienta en busca de tus ideales, yo decidí aguardar con el mayor aplomo posible que una mujer puede tener. Entre mis sueños solo guardaba tu retrato y en cada lágrima de nostalgia pensaba en nuestro amor.
Siempre supe que no me olvidarías, hasta ahora lo sé; aquel día que llegaron hacia tu casa, mientras esperaba con tu madre. Sentadas las dos en una conversación tan amena y a la vez triste, recordando como fuiste, eres y serás por siempre; cada palabra tuya, cada pensamiento, sentimiento y acción, todo estaba guardado en esta plática de media tarde. Pero de pronto cayo el silencio a nuestras voces, oscureció tan de repente el cielo, se cubrió de nubes y el sol no volvió a brillar en mi corazón. En medio de la sala cayeron lagrimas de dolor incesante, mis ojos se resignaban a leer aquella carta que en tus últimos suspiros lograste dictar a un soldado que a duras penas sabia escribir.
No pude leer aquella misiva en voz alta, porque en mi garganta aun pesaba el nudo de sentimientos encontrados. Resaltada en aquella, encontré la frase que me dijiste antes de partir...recuerda que dos corazones enlazados por un lazo de amor no se pueden separar ni aun con una despedida perpetua. Se removió en mi cada momento, sentí que estabas abrazándome y a la vez te alejabas tan rápido que no podía aprisionarte a mi lado, sin quererlo estabas ya muy lejos.
Tu madre desfalleció en ese instante, yo me aleje tan rápido como pude de ahí. Corrí hacia la playa en donde por ultima vez nos vimos, la brisa acaricio mi rostro de una forma suave, mis pies solo sentían el helado ir y venir de las olas, mis ojos probaban una vez mas que el sufrimiento me carcomía por dentro y yo lo demostraba con una nueva expresión de tristeza.
Solo después de un año de tu partida me siento nuevamente fuerte para decirte que no te he olvidado y que no te olvidare, pero que ahora podré por fin estar tan cerca de ti nuevamente, ya mi adiós no será eterno, ya la distancia que nos separa no será tan grande. Ahora marcharemos juntos de la mano hacia un camino que no tiene tristezas...ni final...
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