Era tarde aun, yo seguía con las tristezas de ayer, te dije que me dejaras en paz que quería estar sola, era verdad, deseaba estar sola con todo mi corazón.
Mi corazón estaba afligido de pensar en la dueña del tuyo, sentía que el mundo se venia encima, pero me negué a creer que mi alma se iba a rendir en el primer intento. El amor que sentía por ti era el más prohibido del mundo, eras mi príncipe azul, siempre fuiste perfecto para lo que yo sentía, compatibilidad 100% pero no podíamos ser más que amigos y esto es.
Mis ojos estaban cansados de ver fotografías pasadas que me traían a la memoria momentos inolvidables pero dolorosos de recordar, me inunde de lagrimas las manos, mi corazón se canso de suspirar, pero yo seguía torturándome con cada recuerdo tuyo que traía un nuevo sentimiento a mi realidad.
Fuiste el único amor que tuve en mi vida, ahora realmente lo sé. Si el destino no hubiese cruzado nuestros caminos en una calle sin salida, quizá hubiese sido mejor, pero no fue así y nacimos marcados con el estigma de un amor imposibilitado de amar, de expresarse, de sentir. Quizá tu no sentiste todo lo que yo, pero aun recuerdo muchas veces las expresiones de felicidad que se reflejaban en tu rostro al verme y no podía yo negar la impaciencia de verte en cada nueva oportunidad. Era un reencuentro, pero no uno simple, sino el mejor.
Aun ahora te extraño, no sabes cuanto, ni tampoco quiero decírtelo, quiero hacerme la fuerte aunque me duela perderte. Sé que darle alas a un amor no correspondido y encima imposible es cosechar mas dolor en la profundidad de mi corazón. Solo quiero decirte por ultima vez cuanto te quise, aunque no sepas que este abrazo es el ultimo adiós, a mi me duele por ti y por mi. Hasta siempre y hasta nunca mi querido amor.